sábado, 21 de abril de 2012

HAY UN CAMINO... CON REPRESIÓN?

Hoy, en horas de la tarde, el mayor representante de Hay un Camino, se atrevió a visitar la Comuna Socialista Ataroa, zona declarada LIBRE DE GOLPISTAS, LIBRE DE OLIGARCA, LIBRE DE TRAIDORES.
Pero para variar, el mes de abril hizo lo suyo, el mes de abril se viste de rojo revolucionario, y otra vez se da la microrepresentación de lo que sucedió hace 10 años, el pueblo a la orden del pueblo, y no a las ordenes de lxs imperialistas. 

A pesar de que Capriles se respaldó de su compinche; Henry Falcón, llenado la comunidad de la Carucieña de cientos de efectivos policiales, y de motorizados (pagados a BS 150.00) contratados para amedrentar a los y las habitantes de la comunidad, estos se organizaron, para cerrar el paso al golpismo y al cinismo. Pero los "líderes" de hay un camino respondieron con la agresión, con golpes y con daños materiales dentro de la comunidad. 

¿Qué podemos esperar de una persona que se comporte de esta manera, durante su campaña presidencial? ¿acaso debemos tener la esperanza de que su gobierno sera de Paz? ¿ También podríamos pensar que se convertirá en un Micheletti (golpista hondureño) , o en Pinochet (Chile), a la orden del imperialismo yankee, y socio de Israel??
Hoy el "hay un camino" no existió para Capriles, hoy La Carucieña le cerro el paso, hoy no hubo camino dentro de la carucieña que este golpista no pudiera recorrer con su tranquilidad, por que esa tranquilidad que el desea expresar es una tranquilidad muy característica de él, por que nosotrxs no podemos llamar tranquilidad a un espacio donde se propicie la violencia. Como siempre La Comuna Socialista Ataroa se hace notar, y se hace digna, una vez más, de este gobierno Bolivariano, defendiendo su territorio, su soberanía, y defendiendo su revolución de traidores vende patria.


Nos sentimos dignas de estos medios comunitarios, de la valentía de compañeros y compañeras que han salido de sus casas, a defender el territorio, y a expulsar de éste al que no es digno de poner un pie sobre la comunidad. Nos solidarizamos con los agredidos, y agredidas, que sufrieron violencia por parte del "cuerpo de seguridad del estado" ("bonito concepto de seguridad"), pero sobre todo HACEMOS EL LLAMADO AL GOBIERNO BOLIVARIANO PARA UNA DEPURACIÓN Y REFORMULACIÓN DE LA POLICÍA DEL ESTADO LARA, ya que no es la primera vez que que se ve la opresión, la agresión y la represión por parte de este cuerpo policial.

Audio de comunero, durante la jornada de protesta del día de hoy : http://www.aporrea.org/media/2012/04/aud-20120421-wa0001.mp3


Fuentes: Radio Crepuscular 99.5 FM
Lara Tve Canal 60


Por  Jimena Paz


jueves, 19 de abril de 2012

Por: Patricia Karina Vergara

Soy india.
Morena, chata de la cara,
en un país
obsesivamente racista.

Soy lesbiana,
en una nación
que compulsivamente me persigue.

Insisto,
en la libertad de decidir sobre mi cuerpo,
en territorio
de quienes realizan leyes
que buscan doblegarme.

No creo en su dios,
aun cuando habito un Estado
opresivamente católico.

Invoco a las diosas,
dentro de un patriarcado
que hace miles de años intenta ocultarlas.

Participo en la lucha laboral,
de un pueblo
ya comerciado y en las manos del patrón.

Conozco la importancia
de la labor contestataria,
cuando en mi patria
se encarcela a quien disiente.

Soy antiimperialista,
viviendo al lado de Bush.

Soy gorda,
en la cuna
de la tortura estética,
de la anorexia y de la bulimia.

He dado a luz,
en una era
que acabó con la esperanza,
ya hace tiempo.

Le apuesto a la lucha libertaria,
en el reino del televisor.

Soy pobre,
en un planeta
en donde comen migajas
tantos millones de pobres.

Soy feminista,
en una tierra hostil
a la palabra mujer.

Soy mujer.
En un tiempo
en que el feminicidio
nos ha vuelto desechables.

Por supuesto,
dicen que estoy loca,
extremadamente loca.

Que soy rara, que me he vuelto extraña.
Que no tengo lugar en el mundo.

Entonces, no me queda de otra:
Tengo que darle nombre al racismo,
que señalar el desprecio,
que elegir sobre mi vida,
que armarme antipatriarcal,
que inventar la fe para dársela a mi hija,
que rebelarme contra el patrón,
que escribir por la libertad a las presas políticas.
que denunciar al imperio,
que amar mi cuerpo,
que apagar el televisor,
que mostrar mis bolsillos,
que actuar contra la misoginia,
que buscar justicia para las mías,
que demandar castigo a los asesinos.

Es por todo ello,
que no tengo más remedio
que darles la mala noticia
a las buenas y tranquilas conciencias:

Estoy aquí.
Exigiendo a gritos,
la parte que me corresponde del mundo.
Y no voy a callarme la boca, ni a desaparecer.
Por: Patricia karina vergara

Creativas y Creadoras, homenaje a Sobeyda la Muñequera.
Cuarta parte, Segundo Programa
Juntas y También revueltas!

La Pregunta Picante... 3ra parte de nuestro segundo programa
Juntas y También Revueltas.

Segunda parte, Juntas y también Revueltas.
Segundo Programa

SEGUNDO PROGRAMA


Segundo programa, primera parte

Agenda feminista y cierre de nuestro primer programa!
Primer programa, cuarta parte.
Tercer segmento, primer programa

Segundo segmento, de nuestro primer programa Juntas y También Revueltas

Primer segmento del primer programa de Juntas y También Revueltas,  Programa producido por y para mujeres. Por LaraTv cana 60

¿Por qué Islandia el mejor país para las mujeres?

Islandia –ese bloque de lava subártico vecino de Groenlandia, conocido por un volcán de nombre impronunciable, una cantante (Björk) tan genial como extravagante y, recientemente, por su desafío a la banca– ha sido elegida por un estudio realizado por la revista Newsweek, como el mejor país del mundo para ser mujer. ¿Razones? Un riguroso índice confeccionado con datos del Foro Económico Mundial y de la Organización de las Naciones Unidas, que mide el ámbito jurídico, la salud y la educación, así como la participación de la mujer en el ámbito laboral y político, demuestra, con datos objetivos, que las islandesas nos llevan ventaja.

¿¿PORQUÉ??
Además de ser le país que tienen el mayor índice de natalidad de Europa, también tiene el mayor porcentaje de mujeres trabajando fuera de casa. ¿Cómo es posible? ¿Milagros vikingos? Desde luego, Islandia es diferente. Es el país del mundo donde la gente compra más libros per cápita, el único miembro de la OTAN que no tiene ejército y el agua caliente llega a todas las casas, directamente, desde las cañerías naturales de las entrañas volcánicas.
Pero volviendo a la cuestión de género: el año pasado, el Gobierno prohibió que las empresas se lucraran con la desnudez femenina. De este modo, se propinó un fuerte golpe a la industria de la explotación sexual. Declararon ilegales los clubes de striptease, criminalizaron el consumo de prostitución y adoptaron el modelo austriaco con respecto a la violencia doméstica, donde es el perpetrador quien tiene que irse del domicilio familiar, y no al revés. 
Además, el Foro Económico Mundial lo considera uno de los países con mayor participación femenina en política –el 45%–. De hecho, Islandia eligió a la primera mujer presidenta del mundo (una madre soltera). Fue hace 28 años y ostentó el cargo durante 16. 

En 1983 se creó el poderoso Women's Alliance, un partido feminista que llegó a conseguir seis escaños de los 63 existentes en ese momento. Una de sus miembros, Ingibjörg Sólrún Gísladóttir, fue alcaldesa de Reykjavik hasta 2003 y, en la actualidad, la primera ministra del país es una mujer abiertamente homosexual

Johanna Jingudardottir ocupa su cargo desde 2009 y fue elegida en las elecciones que sucedieron a la bancarrota islandesa. Recientemente, afirmó sentirse muy orgullosa del informe del Newsweek: "No solo en lo que atañe a las mujeres, sino porque la igualdad de género es el mejor indicador de la calidad de una sociedad". Una de las primeras medidas que tomó fue ampliar el permiso parental, uno de los más avanzados del mundo, ya que en Islandia se conceden tres meses intransferibles a cada progenitor (y nueve más, que se reparten a voluntad).

ENCUENTROS

Estamos a 11 grados bajo cero y todavía es de noche (aunque sea mediodía) en Reikiavik, la capital del "paraíso femenino". Katrin Juliusdottir, ministra de Industria, Energía y Turismo, nos recibe con un cálida sonrisa en una mañana un tanto desapacible: "Me encanta este clima, ponemos la casa con velas para desayunar y a mis hijos les hace muy felices", nos comenta mientras nos hace pasar a su despacho. 

Ella era muy pequeña cuando las calles de la capital de Islandia se llenaron de mujeres reclamando igualdad. Fue el 24 de octubre de 1975, cuando el 90% de las mujeres de Islandia se declararon en huelga para denunciar la desigualdad entre géneros. Esta muestra del poder femenino volvió a repetirse en 2011, cuando una gran marcha inundó las calles de Reykjavik reviviendo el espíritu de las proclamas de 1975. 

A pesar de la gran tormenta de nieve que ese día golpeaba la isla, más de 50.000 mujeres de todas las clases sociales (un tercio de la población de islandesas) se lanzaron a la calle para reclamar la igualdad salarial y el fin de la violencia de género. 

Aquella histórica marcha del 75, de la que formó parte la madre de la ministra, cambió el rumbo de la isla e "hizo tomar conciencia de la necesidad de una sociedad igualitaria entre hombres y mujeres, –afirma Katrin–. Hoy contamos con guarderías junto a las universidades para que las mujeres que lo deseen puedan continuar sus carreras universitarias sin que tener un hijo sea un problema. Yo misma llegué a mi posición política siendo madre soltera y creo que es muy importante que la maternidad no signifique tener que elegir entre tu vida profesional o tener hijos". Hoy, la ministra de Energía espera gemelos, pero tuvo su primer hijo a los 24 y lo crió sola mientras se construía una carrera política.


En otra universidad de países europeos, una alumna embarazada es poco frecuente; en Islandia, no solo es habitual ver en la cafetería a chicas embarazadas, sino a otras amamantando y todos los bebés son bienvenidos. Lo sabe Stella Olafsdottir, que nos espera en la Universidad de Reikiavik. 

Entre los verdes campos y los edificios de diseño minimalista de las facultades se encuentran tres edificios que funcionan como guarderías para los niños de los estudiantes. Ella es antropóloga y también profesora infantil. "Los 64 niños que cuidamos son hijos de estudiantes de la universidad", nos comenta mientras un enjambre de pequeños niños rubios se sienta a la mesa entre risas y juegos. "En la guardería les damos de desayunar y de comer con un coste para los estudiantes de 62 € al mes y de 125 € para los trabajadores".

Al preguntarle su opinión sobre el paraíso islandés, sonríe: "Tenemos muchos beneficios que otras mujeres no poseen, pero debemos seguir luchando". Suena el timbre del fin de las clases y Stella se va a toda velocidad: "Tengo que recoger a mi pequeño, que también está en la guardería. Mi pareja es diseñador gráfico y ahora está en clase, así que hoy voy yo a buscarle". 

El papel de los hombres en esta sociedad también ha cambiado, "ellos han tomado conciencia de lo hermosa que es la paternidad", afirma Hrefna Rosa, la única mujer, que a sus 31 años, es dueña (y chef) de dos de los restaurantes más 'gustados' de la ciudad. "Muchas de mis amigas que son madres trabajan y sus parejas están en casa cuidando de los niños. Lejos de considerarlo algo malo, ellos están felices con su paternidad", señala Hrefna. El mejor ejemplo es ella misma: Herfna tiene un bebé y es su pareja la que se ocupa la mayor parte del tiempo de él. 


En uno de los cafés del centro de la ciudad nos encontramos con la escritora Audur Ava Olafsdottir. Desde que su novela 'Rosa Cándida' (Ed. Alfaguara) ha sido traducida al castellano, ha crecido su popularidad entre los lectores españoles. Ella está de acuerdo con Hrefna. "Islandia es un paraíso también para los hombres porque ellos son padres y todos estos derechos sociales son buenos para ambos", explica, mientras observa la vida pasar desde la cristalera del café.

En su última novela el protagonista es un hombre muy joven que descubre la paternidad por accidente. Audur cree que "si los padres descubren que ser padre es, realmente, un privilegio, el mundo entero cambiará". Hoy en las calles de Islandia, es habitual ver a grupos de hombres paseando con sus hijos y cuidando de ellos.